La captación de imágenes (tanto fotografías como vídeos) de menores en los centros educativos provoca no pocos dolores de cabeza a los titulares de estos. Es costumbre que todo tipo de actividades que se realizan en los colegios sean fotografiadas o grabadas, tanto para el propio archivo escolar, como para entregar a las familias, como incluso para realizar material promocional.
Evidentemente, vaya por delante que la imagen es un dato de carácter personal y por tanto su tratamiento está sujeto a la normativa sobre Protección de Datos. En consecuencia, lo primero que ha de tenerse en cuenta es que se necesita el consentimiento para ello. Y para que ese consentimiento sea válido debe indicarse claramente qué uso se va a hacer de esas imágenes.
El problema (o mejor dicho, uno de los muchos problemas) es qué sucede cuando los padres de un menor se oponen a que se capte la imagen de su hijo en un acto público del colegio, como puede ser la típica función navideña, en la que participan todos los alumnos. Hace unos años salió a la luz un caso de este tipo, puesto que un padre denunció que no se permitió a sus hijos participar en la función puesto que no habían consentido que se les tomara imágenes. Desconozco los detalles del caso y cómo acabó resolviendo la Consejería de Educación (me encantaría saberlo), pero esto nos da pie a comentar una serie de cuestiones al respecto.
Lo cierto es que los padres del menor tienen, como hemos comentado, pleno derecho a que no se capte la imagen del menor. No se trata de un tratamiento de datos imprescindible para la prestación, por parte del colegio, de los servicios que debe prestar, con lo que es completamente lícito no dar el consentimiento. En estos casos, los colegios se encuentran con problemas, dado que en muchas ocasiones la única forma es apartar al niño de la fotografía o vídeo que se vaya a tomar o tratar la imagen posteriormente (aunque en puridad este procedimiento no sería válido, porque no hay consentimiento ni siquiera para la captación de la imagen).
En caso de que se aparte al niño, totalmente (como en el caso de la noticia reseñada) o parcialmente (apartando al niño del momento de realizar la fotografía), lo cierto es que se crea una situación de exclusión del menor respecto al resto de alumnos que, sin querer meterme en charcos psicopedagógicos, no parece muy adecuada.
Si se toma la imagen y se trata posteriormente, supone un trabajo adicional para el colegio, que puede ser sencillo en el caso de las fotografías, pero más costoso en el caso de vídeos.
Por último, la solución drástica es no tomar ninguna imagen del acto. Aquí los perjudicados son el resto de familias, que lo más probable es que la inmensa mayoría (o todas ellas) quieran tener imágenes de recuerdo.
Creo que han de ponderarse todas estas cuestiones, y alguna otra, a la hora de tomar una decisión de este tipo, tanto por el propio colegio, como por las autoridades educativas y de protección de datos. Teniendo en cuenta que la captación de imágenes del menor, sin consentimiento, no debe poder realizarse en ningún caso, en mi opinión debería resolverse la cuestión de la siguiente forma:
– En caso de que la grabación sea exclusivamente como recuerdo para las familias y archivo del colegio, en principio debe prevalecer el uso social aceptado comúnmente de grabar o fotografiar este tipo de actos, que son públicos, sobre la ausencia de consentimiento en el caso de alguno de los menores. Por tanto, si los padres del menor insisten en que su imagen no sea captada, no podrán tomar parte en la función.
– En caso de que el consentimiento solicitado sea para realizar una difusión mayor, como puede ser material promocional, o la publicación en Internet (web del colegio, redes sociales, etc.) de estas imágenes, en mi opinión en este caso debe prevalecer la oposición de los padres que no desean la publicación, con lo que los hijos de estos podrán participar en el acto y el colegio deberá abstenerse por completo de publicar las imágenes o al menos tratarlas para evitar la publicación de la imagen de los menores afectados.
Se trata sólo de mi opinión, en un asunto muy controvertido. Lo que sí que debe estar claro es que en caso de duda, lo mejor es evitar todo tipo de grabaciones y realizar las actuaciones con todos los alumnos, puesto que estamos ante un tema muy delicado como son las imágenes de menores. Espero opiniones en los comentarios.